- Melocotones del melocotonero de Lola y Quique.
- Azúcar.
- Zumo de limón.
ELABORACIÓN
En una cazuela se
pone a cocer la fruta (limpia pero con piel) con el azúcar y el zumo de un
limón. Al parecer se debe echar el mismo peso de azúcar que de fruta (el azúcar
hace de conservante). A nosotros no nos gusta tan dulce, así que le echamos
unos dos tercios del peso de la fruta. El hueso se puede quitar antes o durante
la cocción, el lo que hace Pili que pesca los que salen a flote.
Dejamos
que llegue al punto de ebullición, luego bajamos el fuego y lo mantenemos
cociendo durante una hora aproximadamente, según el gusto, revolviendo para que
no se pegue.
Nuestra
amiga Olga, que ha hecho un cursillo, dice que le aconsejaron cocer primero la
fruta sola y avanzada la cocción añadir el azúcar. Al parecer la fruta conserva
mejor el sabor. Ella iba a probar de las dos formas, a ver si nos cuenta el
resultado, o nos lo da a catar.
Una
vez cocida la fruta, podemos batirlo con la batidora. Depende de cómo nos
guste, con o sin tropiezos.
EMBOTADO
Hay que
esterilizar los botes y las tapas por separado.
Para hacer el
vacío, una vez embotada la mermelada y cerrada la tapa, se pone al baño María.
Después, ponemos los tarros boca abajo.
La mermelada
resultó buenísima (lo han dicho los abuelos, sobrinos, tíos y amigos). Eso sí,
todo el merito lo tienen los melocotones que cogimos directamente del
melocotonero de Lola y Quique.
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